Pese a que en los últimos años la lucha contra el trabajo infantil ha tenido buenos resultados, el panorama actual comienza a resquebrajar esa tendencia. La COVID 19 ha modificado no sólo la vida de las personas adultas sino que ha incidido profundamente en el presente y futuro de los niños y niñas en todo el mundo.
Si el mercado laboral formal sufrió y sufre las consecuencias de esta pandemia, es acertado preguntarse qué está sucediendo con la infancia invisibilizada y utilizada como mano de obra en la producción ya sea de bienes como de servicios. A las tradicionales causas del trabajo infantil ahora hay que sumar la incidencia de la COVID 19. Por ejemplo, la interrupción de la escolaridad. La educación online es inexistente en algunos lugares ya que los gobiernos no cuentan con los fondos suficientes para establecer una plataforma digital masiva, ni las familias tienen los medios digitales para acceder a Internet. Así es como las niñas y niños están obligados y obligadas a detener la socialización con sus pares, con sus maestros y maestras, viviendo su hogar como el único mundo posible. Esto conlleva problemas tanto de convivencia familiar como de posibles maltratos y abusos. Aunque hay hogares donde estos gestos son cotidianos, al obligar a la infancia a permanecer tanto tiempo bajo techo con sus agresores la intensidad de los episodios de violencia se incrementa. Todavía no podemos cuantificar el grado de maltrato tanto físico como psicológico que ha sufrido nuestra infancia.
Otro problema al que se enfrentan los niños y niñas que trabajan, es la falta de acceso a la salud en sus países. Es así como cuesta imaginarse una salida rápida de esta crisis si en gran parte del planeta las tan preciadas vacunas contra la COVID 19 son escasas o inexistentes. A esto hay que sumarle que nuestra niñez no tiene prioridad en recibirla.
El trabajo infantil también crece en pandemia porque está relacionado con la crisis económica originada por el virus. Las familias recurren a sus hijos e hijas para asegurarse el pan diario, ya que la recesión económica ha generado crisis de empleo, pérdida de poder adquisitivo y de acceso a bienes y servicios básicos, aumento del trabajo informal, entre otros problemas. Incluso la ayuda internacional hacia algunos países está en peligro ya que se cuenta con menos recursos para afrontar esta emergencia.
Otro punto no menor es que la infancia que trabaja está más expuesta al contacto con el virus ya que su ámbito laboral son espacios o bien cerrados y abarrotados de personas, o bien espacios abiertos carentes de condiciones higiénicas básicas. También se tiene en cuenta que los niños y niñas que trabajan en condiciones de extrema pobreza, carecen de mascarillas higiénicas y recurren a las de tela que reutilizan indefinidamente, lo que los deja desprotegidos frente al virus.
Este 2021 es el Año Internacional de las Naciones Unidas para la Erradicación del Trabajo Infantil que tiene como objetivo que esta problemática desapareciera en el año 2025. Pero esta meta fue planteada antes de la pandemia y para evaluarla y volver a proyectarla se necesitan cifras actualizadas. De acuerdo a un informe de la Organización Internacional del Trabajo de mayo de 2020, se estima que este año entre 42 y 66 millones de niños y niñas podrían caer en la pobreza extrema como resultado de la crisis, lo que se suma a los 386 millones que en 2019 ya se encontraban en situación de pobreza extrema.
No es arriesgado afirmar que estamos a las puertas de un retroceso inesperado en la lucha contra el trabajo infantil. Las organizaciones internacionales convocan a la acción porque, concuerdan, que en una crisis también pueden vislumbrarse oportunidades.
Para este 12 de junio en el que se conmemora el Día mundial contra el trabajo infantil la OIT lanza su campaña ¡Actuar ahora: poner fin al trabajo infantil! que será virtual, y se organizará conjuntamente con la Marcha mundial contra el trabajo infantil y la Alianza Internacional de Cooperación sobre el trabajo infantil y la agricultura. Habrá una Semana de Acción, del 10 al 17 de junio con eventos y actividades organizadas en todo el mundo que servirán para discutir las nuevas estimaciones y tendencias globales del trabajo infantil, como así también presentar los avances logrados en la ejecución de las Promesas de Acción 2021 del Año Internacional. Pueden consultarse las actividades proyectadas en el Día mundial contra el trabajo infantil hacer clic aquí