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La infancia y los conflictos bélicos

Niños y niñas
fueron las principales víctimas
de la Guerra Civil Española

Había que alejar a los/as menores del conflicto bélico para evitar las secuelas físicas y psicológicas. Para ello el gobierno de la II Repúblicallevó a cabo expediciones de evacuación de menores, que contaron con la participaron de varios países y de organizaciones internacionales de ayuda humanitaria.

"Los niños y las niñas que nunca volvieron"

Consecuencias del exilio infantil en España


Entre los años 1937 y 1938, en plena guerra civil, salieron de España, con el objetivo de ponerlos a salvo de las hostilidades bélicas, más de 34.000 niños y niñas de familias republicanas a diferentes países europeos que les prestaron refugio: En Europa, Francia fue el país que más niños y niñas de España acogió con cerca de 20.000 menores; en torno a 5.000 niños y niñas llegaron a Bélgica; alrededor de 4.000 a Inglaterra; cerca de 3.000 a la Unión Soviética; Suiza acogió unos 800 niños y niñas. Fuera de Europa, México recibió 455 menores, los conocidos como Niños y Niñas de Morelia.

Los avatares de la guerra civil y de la II Guerra Mundial convirtieron a la población infantil evacuada en personas exiliadas forzosas al no poder regresar a España temporal o definitivamente.

Niños y niñas sufrieron una guerra que no entendían. Sufriendo la separación de su familia enun país extranjero. Allí empezaron una nueva vida que no fue fácil. Si bien se les trató bien, les faltaba lo fundamental: familias. Padres y madres padecieron de forma directa la guerra, Muchos/as murieron en el frente, o sufrieron represalias, cárcel, o exilio. En definitiva, muchas personas jamás volvieron a España. Por lo que una importante cantidad de estos menores exiliados decidieron quedarse en el país de acogida, como el caso de los llamados "niños de Morelia". En España ya no les quedaba nada.

Los y las menores que volvieron, se encontraron que los años habían pasado, tuvieron que reconocer de nuevo a sus familias, y hubo quien no aguantó la presión y volvió al país de acogida. Los niños y las niñas que se quedaron tuvieron dificultades para encontrar trabajo y se miraban con desconfianza por haber crecido en el extranjero, en particular los/as procedentes de la Unión Soviética. En definitiva sufrieron una infancia robada.

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